Evolución de los timbales sinfónicos en la música.
Originalmente los timbales para tensarlo requería de una sola afinación lo cual esa afinación era utilizada en toda la obra musical. Se contaba con dos timbales lo cual uno de ellos era la tónica de la tonalidad y el otro la dominante.
En cuanto al tamaño, los timbales del siglo XVII y XVIII eran más pequeños que los timbales contemporáneos, esto era debido a la influencia de su uso como instrumentos de caballería, donde, colgado en pares a lomos de caballos, estaban limitados por las capacidades del animal de carga, por lo que tenían que ser necesariamente más pequeños y ligeros.
A principios del barroco, si bien no existía un estándar sobre las medidas correctas del instrumento, un par típico contaba con 18 y 20 pulgadas de diámetro y entre 11 y 15 pulgadas de profundidad.
En este tipo de timbal, las clavijas (llaves) están conectadas por una cadena muy parecida a la que llevan las bicicletas, si bien algunos fabricantes utilizan otros materiales, incluido un sistema de cables. El mecanismo permite ajustar todas las clavijas al mismo tiempo desde un único comando.
A diferencia del timbal de cadena este timbal no poseía las llaves para una afinación apoyada pero si contaba con una pequeña manivela desarrollada a principios del siglo XX Hans Schnellar, timbalista de la Orquesta filarmónica de Viena, desarrolló un mecanismo de afinación en el que el cuerpo se mueve respecto de la estructura, dejando aro y parche fijos.
Este es el timbal más avanzado, debido a su rapidez para el cambio de afinación, su funcionamiento tiene un pedal en la parte inferior del instrumento permitiendo variar la afinación del instrumento con los pies y que no requiere el uso de las manos ocupadas por las baquetas. También este instrumento tiene una guía de afinación a un lado de los parches donde permite precisar mucho más exacta el cambio de afinación y en el menor tiempo posible.
En cuanto a la cantidad de timbales existen en la actualidad 5 timbales sinfónicos que vienen de 32, 29, 26, 23 y 20 pulgadas. muchas composiciones del siglo XX incluye todo el set de timbales o compositores como Mahler y Berlioz usaban dos set al mismo tiempo.
Mersenne escribió en 1616 que los timbales rondaban los dos pies de diámetro. Michael Praetorius, en su obra De organographia, proporcionó también por esa época los diámetros de un par de timbales de 17 1/2 y 20 1/2 pulgadas. Estos instrumentos, capaces de menos resonancia y volumen sonoro, eran sin embargo adecuados para las agrupaciones musicales de la época, bastante más pequeñas, y en donde los timbaleros eran requeridos para tocar en interiores con unas dinámicas menos fuertes y más articulación. Otras obras más recientes, del siglo XVIII, indican medidas de aproximadamente 22 1/2 y 24 3/8 pulgadas de diámetro. En el siglo XIX era habitual para los intérpretes transponer la nota más baja una octava alta para así adecuarse al rango natural de los timbales.
TIMBAL DE DRESDE.
Estos timbales son de afinación manual, consiste en que si el instrumentista tenía la necesidad de cambiar de afinación por un sistema de clavijas (llaves) para poder apretar y aflojar los lados del parche del instrumento. la afinación de estos instrumentos es relativa ya que podía variar la altura según la parte del parche en donde la baqueta percute el instrumento.
TIMBAL DE CADENA.
Aunque es mucho menos utilizado que el timbal a pedal, este sistema tiene aplicaciones prácticas. En ocasiones un intérprete tiene que ubicar un timbal entre otros dos, de manera que no puede manejar a todos con su pie. Los intérpretes profesionales pueden llegar a usar timbales de este tipo, sea de tamaños más grandes o más pequeños que los habituales, para lograr notas excepcionalmente graves o agudas.
TIMBAL DE MANIVELA.
A diferencia del timbal de cadena este timbal no poseía las llaves para una afinación apoyada pero si contaba con una pequeña manivela desarrollada a principios del siglo XX Hans Schnellar, timbalista de la Orquesta filarmónica de Viena, desarrolló un mecanismo de afinación en el que el cuerpo se mueve respecto de la estructura, dejando aro y parche fijos.
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