El timbal sinfónico
TIMBALES SINFÓNICOS (IT. Timpani - GER. Pauken).
ORÍGENES: Distintos modelos de tambores y tamboriles se usaron desde las civilizaciones antiguas, en especial para propósitos ceremoniales y militares (cuando las tropas se desplazaban solían llevar timbales que marcaran el paso de las mismas para intimidar al enemigo haciéndoles creer que la tropa era mucho más numerosa que la que realmente estaba).
Durante los siglos siguientes, se hicieron varias mejoras técnicas en los timbales. Originariamente el parche era tensado directamente sobre la caja de resonancia, pero en el siglo XV, comenzó a utilizarse un aro sobre el que se tensaba el cuero y que se encajaba luego en el cuerpo del instrumento. A principios del siglo XVI la fijación comenzó a realizarse con tornillos, que permitían variar la tensión del parche, convirtiendo al timbal en un instrumento con posibilidades de afinación.
La utilización del timbal como "arma emocional" en batallas y desfiles se mantuvo hasta bien avanzado el siglo XIX. Napoleón Bonaparte organizó sus bandas a la manera otomana, y se dice que el sonido majestuoso de címbalos y timbales de las fanfarrias francesas tuvo no poca influencia en la victoria de Austerlitz.
En cuanto a su uso musical, Jean-Baptiste Lully fue el primer compositor de relevancia que incluyó partes orquestales de timbal para su ópera "Teseo" en 1675. Pronto lo imitaron otros compositores del siglo XVII. En la música de esta época el timbal agudo se afinaba en la tonalidad de la composición, y el timbal grave en la dominante.
Es interesante notar que frecuentemente el timbal es tratado como un instrumento de transposición, con la tonalidad indicada al comienzo de la partitura: por ejemplo "Timbal en La-Re".
Luego, ya avanzado el período barroco, Johann Sebastian Bach escribió una cantata secular titulada "Tönet, ihr Pauken! Erschallet, Trompeten!" donde los timbales aparecen en primer plano. La pieza comienza con un solo de timbal y luego coro y timbal recrean la melodía en diferentes combinaciones. Bach usó posteriormente este material en su oratorio de Navidad "Jauchzet, frohlocket!"
Ludwig van Beethoven revolucionó la música de timbal a principios del siglo XIX. No solo escribió para instrumentos afinados en intervalos distintos de cuartas o quintas, sino que le dio la relevancia de una voz independiente sobre la base de "Tönet, ihr Pauken!". Por ejemplo su Concierto para Violín de 1806 se inicia con cinco golpes de timbal, y el scherzo de su novena sinfonía (1824) muestra al timbal en un contrapunto con la orquesta.
El siguiente innovador fue Héctor Berlioz, primer compositor en indicar las baquetas exactas a utilizar (madera, cobertura de fieltro, etc). En muchas de sus obras, por ejemplo su Sinfonía fantástica (1830), requirió la actuación de varios timbales simultáneos.
Hasta fines del siglo XIX los timbales se afinaron manualmente, es decir, mediante una serie de tornillos denominados "llaves", que alteraban la tensión del parche al ser girados por el intérprete. Dado que esta operación era relativamente lenta, los compositores debían prever un tiempo razonable para que se pudiera cambiar la afinación durante el desarrollo de una obra, hasta la actualidad existen timbales de pedales que dan un cambio de afinación mucho más rápido.
Los mecanismos y materiales continuaron mejorando durante el siglo XX.
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